Procesos de envejecimiento de la piel y cómo contrarrestarlos
Con la edad, la piel cambia y pierde elasticidad. El resultado es una apariencia flácida , arrugas y, en general, una tez menos lozana.
Pero no solo los genes influyen en el proceso de envejecimiento; los factores ambientales también influyen. Como se mencionó en una entrada anterior del blog, a partir de los 30 años, la piel empieza a perder hidratación y grasa, lo que puede provocar los primeros signos de envejecimiento. Estos son procesos naturales del cuerpo. Sin embargo, lo que mucha gente desconoce es que las influencias ambientales externas, como los rayos UV del sol, así como el consumo de nicotina y alcohol, también influyen en el proceso de envejecimiento de la piel.
Los rayos UVA y UVB, en particular, afectan la apariencia de la piel. Se dice que más del 80% del envejecimiento cutáneo se debe a estos rayos. Por lo tanto, es fundamental aplicar diariamente un factor de protección solar adecuado para proteger la piel. Un FPS 30 (factor de protección solar) con protección de amplio espectro es esencial. ¿Cómo puedo contrarrestar el proceso de envejecimiento? Lamentablemente, no existe una cura milagrosa, pero un cuidado específico de la piel puede, entre otras cosas, contrarrestar estos procesos.
PIEL FRESCA Y FLORADA
Por eso confío en los péptidos, el ácido hialurónico y los extractos de perla en mi rutina de cuidado facial. Los péptidos son pequeños componentes proteicos que refuerzan la piel. Los ácidos hialurónicos, tanto de alto como de bajo peso molecular, penetran en las distintas capas de la piel y les aportan una dosis extra de hidratación. Como cualquier flor hermosa, nuestra piel necesita mucha hidratación para lucir radiante y fresca.
Los extractos de perla también aportan valiosos minerales y aminoácidos esenciales, que producen un efecto antienvejecimiento. Es importante incorporar estos componentes individuales a tu rutina de cuidado de la piel para contrarrestar el proceso de envejecimiento, pero también es importante considerar factores ambientales como los rayos UV, una dieta saludable y una hidratación adecuada (mediante una ingesta adecuada de agua).